La Política Exterior Feminista de México, un instrumento para la paridad en el Servicio Exterior Mexicano

Ximena Mariscal de Alba

Coordinadora de Política Exterior Feminista de la Cancillería mexicana.   Abogada y especialista en Derecho Internacional por la Universidad Nacional Autónoma de México, integrante del Servicio Exterior Mexicano, desde 2010. Cursó la Maestría de Derecho Internacional por la Universidad de Houston. Se ha desempeñado como Representante Alterna de México ante la OEA, Coordinadora de Asuntos Internacionales del Instituto Nacional de las Mujeres y encargada de asuntos multilaterales en la Embajada de México en Chile.

El anuncio de la Política Exterior Feminista (PEF) de México, durante la 74 Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas en septiembre de 2019, fue, sin duda, reflejo y continuación de la histórica y consistente tradición mexicana de lucha por el reconocimiento de los derechos de las mujeres, las jóvenes y las niñas.

En mi carrera como diplomática mexicana me ha tocado ser testigo y actora de la posición progresista de México en materia de igualdad de género tanto en foros multilaterales, al defender desde la Organización de Estados Americanos resoluciones e iniciativas que exigen acelerar los avances hacia la igualdad sustantiva, como en las relaciones bilaterales al promover proyectos de cooperación y acuerdos comerciales con perspectiva de género, como lo es la modernización que actualmente se negocia del Tratado de Libre Comercio entre México y Chile al que se le incluirá un capítulo específico sobre “Comercio y Género”.  Esta posición es igualmente coherente con la comprometida práctica de protección consular a las mexicanas y mexicanos en el exterior.

Para la diplomacia mexicana, en especial para las mujeres del Servicio Exterior Mexicano, la Política Exterior Feminista de nuestro país fue recibida como una noticia positiva, con entusiasmo y grandes expectativas. Finalmente, la perspectiva de género en las relaciones internacionales no sólo sería una política al exterior, ahora se avanzarían acciones concretas en favor de las mujeres al interior del cuerpo diplomático.

Al comunicar el diseño de la PEF mexicana se establecieron 5 principios que en realidad constituyen áreas de acción. El segundo principio textualmente se refiere “Una SRE Paritaria”. Para la Cancillería y el Servicio Exterior Mexicano, la paridad implica mejoras institucionales, organizacionales y normativas para eliminar las diferencias estructurales y reducir las brechas de desigualdad al interior de la Secretaría de Relaciones Exteriores.

Cuatro años después de la declaración de la PEF en México, gracias al impulso de la Canciller Alicia Bárcena, el pasado 21 de mayo se publicaron las convocatorias de concurso de ascenso tanto para la Rama Diplomático-Consular como para la Rama Técnico-Administrativa del SEM, convocatorias que por primera vez en la historia del servicio de carrera diplomático en México incorporan una acción afirmativa para avanzar hacia la igualdad de género.

Por primera vez de la totalidad de plazas que se concursarán se asigna el 60 por cierto para mujeres diplomáticas mexicanas, en cada rango. Para darle contexto y fundamento a la acción afirmativa propuesta, la Coordinación de Política Exterior Feminista, la Presidencia de la Comisión de Personal del Servicio Exterior Mexicano y la Dirección General del Servicio Exterior Mexicano elaboraron un “Diagnóstico sobre acciones afirmativas con miras a lograr la paridad de género en el ingreso y ascenso en el Servicio Exterior Mexicano de Carrera”.

Estoy segura de que todos y todas en el SEM sabíamos de la disparidad entre mujeres y hombres en los distintos rangos del Servicio; lo que se logró con el diagnóstico es visibilizar con cifras, porcentajes y cuadros esta desigualdad. Esa realidad en blanco y negro es reveladora: “Al 19 de abril del 2024, el SEM de carrera está integrado por 1,066 personas de las cuales el 37% (395) son mujeres y el 63% (671) son hombres”. Más escandaloso aún resulta cuando nos acercamos a los números en rangos particulares, como es el caso de las y los consejeros en donde únicamente el 30% son mujeres o en el caso de las ministras que constituyen únicamente el 18% del total de personas en esa categoría.

Un dato de gran relevancia que nos demuestra el grado de disparidad existente entre mujeres y hombres en el cuerpo diplomático mexicano, es que, incluso con este concurso de ascenso que asegura un mayor número de plazas por rango a las mujeres, y gracias al cual, al menos en dos rangos, de cada una de las ramas (diplomática- consular y técnico- administrativa), la totalidad de las mujeres susceptibles de participar en la convocatoria, lograrían ascender, la brecha de género global en el SEM se verá disminuida marginalmente.

El Diagnóstico, que debe ser considerado como parte de las acciones de política exterior feminista integral de la Cancillería, contiene también propuestas de acciones afirmativas, así como conclusiones y recomendaciones en materia de ingreso y ascenso con perspectiva de género.

Como se señala en el propio Diagnóstico, este esfuerzo debe tomarse como un primer acercamiento con miras a continuar el análisis, la propuesta, elaboración e implementación de medidas adicionales en el desarrollo de las carreras diplomáticas de las y los mexicanos que colaboren en alcanzar la igualdad sustantiva al interior de nuestro servicio exterior, cuerpo del que nos sentimos tan orgullosas.

El concurso de ascenso en curso es, sin duda, la política exterior feminista en acción y esperemos sea un primer paso de muchos que deberemos de tomar todos y todas juntos hacia un servicio diplomático más justo e incluyente.

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